La función de animar a la comunidad cristiana exige la adecuda formación de todos los que asumen alguna tarea en el ejercicio de la Caridad
Si todos estamos llamados a servir a los pobres y a colaborar con Cáritas-expresión del servicio de toda la comunidad- no todos podemos ni debemos hacerlo de la misma manera.
CÁRITAS debe jugar un papel relevante en este esfuerzo formativo, para lograr que la comunidad reflexione sobre las implicaciones que conlleva el ejrcicio de la Caridad, y situar a todos en un proceso pedagógico que acierte a combinar el conocimiento crítico de la realidad, las distintas técnicas de intervención social y el cultivo de un talante personal y comunitario entrañablemente solidario.
CÁRITAS asume la reponsabilidad de facilitar esta formación y acompañamiento a quienes ejercen y animan la pastoral de Caridad.
La realidad social se va haciendo problemática y el trabajo de CÁRITAS tan complejo que todos precisamos de una formación permanente, tanto los voluntarios como el personal remunerado o los directivos.
Esta formación debe ir orientada para que, por un lado, ayude a la persona voluntaria a crecer, a madurar y a descubrir las profundas motivaciones de su acción; y por otro, le oriente en el camino para que pueda superar aquellos aspectos que podrían distorsionar su labor como voluntario.
CÁRITAS está llamada a mover a la sociedad entera a la solidaridad efectiva con los que sufren, debe ser la levadura en la masa. y por ello CÁRITAS se esfuerza cada vez más en difundir entre la sociedad el reconocimiento de los probelmas sociales, la concienciación ante esos problemas y la convicción de que el servicio a los desposeidos es un elemento esencial de la vida de la comunidad.
Cáritas de Palma del Río, lucha día a día contra la exclusión y lo hace de tres formas concretas:
que generan pobreza, haciendo propuestas
de cambio frente a la injusticia
social e institucional.